Palabras de Nasrin Sotoudeh
Por Oriol Andres Gallart
- Lectura en 5 minutos - 1007 palabrasCon motivo de las elecciones presidenciales de junio de 2009 en Irán, dos miembros de Contrast, Carlos Castro y Oriol Andrés, nos desplazamos a Teherán para cubrir el proceso. Los días previos a la votación, el clima social era festivo y abierto, parecía que serían unas elecciones tranquilas. En medio de este ambiente, pudimos concertar una entrevista con la abogada pro Derechos Humanos y de la mujer, Nasrin Sotoudeh. En ese momento ella ya había sido arrestada una vez, tenía dos causas abiertas y no podía salir de Irán. Por ello, durante buena parte de la entrevista se mostró cauta y políticamente correcta. No fue hasta que le dijimos que nuestra traductora no era de la agencia gubernamental que gestionaba los medios sino independiente, que no se relajó y empezó a hablar con franqueza de la situación en el país. El pasado 4 de setiembre volvió a ser arrestada, y desde entonces se encuentra presa en la prisión de Evin, donde se han documentado todo tipo de abusos y torturas sobre los y las presas. El día 10 de este mes, su marido informó que Sotoudeh había sido condenada a 11 años de cárcel y 10 de inhabilitación para ejercer su profesión después de ser “hallada culpable de hacer propaganda contra el islam y contra el régimen iraní y de tener contacto con grupos terroristas”. Una nueva mala noticia, que se suma a tantas otras condenas políticas sucedidas en el país persa desde las eleccions de 2009. A continuación, reproducimos la entrevista publicada en los días previos en el periódico Berria. Unas palabras que ahora tienen algo de proféticas.

“La religión es sólo un pretexto para este gobierno machista”
Nasrin Sotoudeh es una de las pocas abogadas de Derechos Humanos que actúa abiertamente en Irán. Menuda, a sus cuarenta y tantos años, y con un rusarí blanco ceñido en la cabeza defiende sobre todo a las dirigentes del movimiento por la mujer en Irán, pero no rechaza ponerse ante los jueces por periodistas u otros acusados políticos. ¿Cuál es la situación de la mujer actualmente en Irán? En el ámbito legal nuestra lucha se ha estancado pero nuestra situación social ha mejorado ahora con respecto a los últimos cuatro años. Se ha ejercido mucha presión sobre las mujeres, a las que se les aplicaba castigos extremos, y sus colectivos. Pero han sabido resistir muchísimo de ahí sus logros. En cuanto a leyes, la situación es más o menos la misma pero también en esta esfera gracias a la movilización –como la campaña One milion signatures [que ha llevado varias de sus dirigentes a la cárcel]– se ha conseguido, por ejemplo, detener un decreto que se discutía en el parlamento, llamado de protección a la familia, que pretendía que el marido pudiera tener muchas esposas. Hemos leído que a raíz de las elecciones se han vuelto a organizar los colectivos de mujeres. ¿Es así? Si, así ha sido. Las mujeres han vuelto a actuar con propuestas como las hechas por un grupo de mujeres a Mousavi y Karroubí para que aboguen por la igualdad. En este sentido, los candidatos se han comprometido a hacer alguna cosa… Eso sólo se logra con la voluntad de las mujeres. Hasta ahora, nadie hacía caso de nosotras. Yo también cuando me han invitado a las campañas de Karroubi y Mousavi he ido porque se me ha permitido decir libremente lo que deseaba. ¿Qué cree que sucederá si Ahmadineyad es reelegido? Las mujeres sufrirán de nuevo persecución y castigos. Hoy en día existen los llamados grupos de represión, formados por entre cien y doscientos jóvenes que atacan a las mujeres con palos. De manera oficial, no ostentan ningún cargo pero cuentan con el respaldo del Gobierno de Ahmadinejad. Si otro candidato obtuviera la victoria, estos grupos de represión no tendrán apoyo gubernamental. Continuarían siendo un reto para nosotras pero al menos no sería algo institucionalizado. ¿Considera que un cambio de presidente podría llevar también a un cambio de legislación? Creo que sí. El gobierno de Teherán bajo el pretexto de la religión está imponiendo las restricciones y las normas que más le conviene pero lo único cierto es que este es un ejecutivo machista. Existen muchos países musulmanes en los que el hombre para volver a casarse debe tener el permiso de un juez y donde las mujeres pueden elegir no llevar el hiyab. Estos países también son estados islámicos pero ¿por qué nosotros somos diferentes? En Irán, también hay ayatolás que defienden ciertos cambios respecto a la mujer pero el gobierno no protege estas opiniones. ¿Cuantas mujeres presas hay actualmente en Irán? No puedo dar ninguna cifra concreta, lo que sí os puede decir es que una mayoría anhelan reformas en la legislación. En su lucha por los derechos, ¿su espejo es la mujer occidental o las iraníes buscan su propio modelo? No, para nosotras lo importante es contribuir a que la mujer iraní pueda cambiar la ley existente. Por ejemplo, la herencia para una mujer en Irán es la mitad que para el hombre, su vida también cuesta la mitad que la de un varón y el castigo para la mujer es más duro y extremo siempre que para ellos. En las agencias vinculadas a la Justicia a las que tengo que ir a pedir los expedientes de los casos que llevo, trabajan hombres muy cercanos al Gobierno. Varias veces me han comentado que a sus esposas también les gustan mucho mis palabras pero que no pueden permitir darnos lo que defiendo. ¿Recibe muchas presiones por tu trabajo y militancia? Por supuesto. Me han amenazado con enviarme a la cárcel, me dificultan mucho los visados para salir del país. Por ejemplo, en mi último viaje a Italia para recoger el premio Human Rights Internacional estuve a punto de no poder acudir. Además tengo dos causas en mi contra abiertas y estoy esperando la resolución. ¿Tiene miedo? No. Las cosas que han pretendido hacer en cuanto a las leyes referidas a la mujer son mucho más peligrosas que ir a la cárcel.