Centros de tortura convertidos en espacios de memoria
Por Iolanda Parra
- Lectura en 2 minutos - 310 palabras Los movimientos memorialistas y de derechos humanos de Argentina y Chile han conseguido en los últimos años recuperar espacios de represión y tortura para convertirlos en centros de paz y cultura. Algo impensable hace apenas unos años. Dos miembros de Contrast, Iolanda Parra y Sergi Picazo, han visitado los principales centros de tortura de las dictaduras argentina y chilena, pudiendo conocer cómo estos espacios de horror hoy en día están abiertos a la sociedad para recordar, descubrir los hechos y homenajear a las víctimas.
Fruto de este trabajo, a principios de 2011 han publicado un reportaje (en euskera) en la revista dominical del diario Berria. Escrito en euskera, explica sobre todo los casos de los centros de tortura de Villa Grimaldi y la ESMA. Villa Grimaldi, a las afueras de Santiago de Chile, fue un centro de secuestro, tortura y exterminio usado por la dictadura de Pinochet entre 1973 y 1978. Se calcula que unos 4.500 presos políticos pasaron por esta cárcel secreta; y se sabe que 229 de ellos fueron asesinados o desaparecidos. Hoy, Villa Grimaldi, apodada entonces Cuartel Terranova, ya no es horror ni siniestra, sino un Parque por la Paz y la Memoria “recuperado” por los familiares de víctimas y exdetenidos de la dictadura. La Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires (Argentina), fue un espacio clandestino de detención y tortura usado por los militares argentinos entre 1976 y 1982. Primero, sirvió para exterminar, y luego como enorme campo de concentración. Los estudios rebelan que por allí pasaron unos 5.000 argentinos secuestrados por el régimen de Videla, Massera y Galtieri; sólo 150 sobrevivieron. Hoy, sin embargo, las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo –junto a otros colectivos sociales- han echado a los militares y han creado allí el Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.